miércoles, 12 de agosto de 2009

Primer tacleo masivo: los cines.

No sé si es común este hábito, pero si algo es seguro es que es extremadamente huachafo.


El acto de ir al cine siempre ha sido y será uno de los más preferidos ocios. Sin embargo, tampoco se trata de ir porque no tienes nada más que hacer. Se supone que existe un 'feeling' insconciente por el cual uno paga su canchita y por esa butaca divertida que parece plegable. Se trata de pasar un buen rato por más de que siempre salga perjudicado por el clásico imbésil que habla o el cabezón de al frente. No importa nada, por más de ver la película, que para muchos es una costumbre sagrada. Pero en este caso, las películas emitidas por Hollywood al parecer son mucho más emotivas de lo pensado. Tanto así que al finalizar la película, y he tenido el honor de presenciar este acto más de una vez, la gente se ha parado de sus asientos y ha aplaudido. Ahora, ¡¿por qué?!, por qué diantres la gente hace eso. ¿Acaso desde siempre ha existido dicho consenso social? Claro que no! Lo que pasa es que la gente no se da cuenta, pero ninguna de las personas que aparecen en los créditos va a saber que fueron homenajeadas con aplausos. Y si fuese así, ¿por qué hacerlo igual? les valdría un pedo de todas formas saber que a una sala de cine peruana le gustó su película. Por este motivo, cada persona que hace, hizo y piensa hacer este acto bochornoso se merece un respectivo TACLE, una patada en la cara (no me importa quien sea) o en el omóplato, que la verdad solo lo señalo porque suena genial cuando uno lo pronuncia. Tacleo asegurado a los energúmenos mata feeling.

No hay comentarios:

Publicar un comentario